Las tardes

Ya no se nota que no estás, la puerta se cierra siempre con la brisa de las 11 y la planta está a un paso de invadir la terraza que da hacia el cerro café. Ya creo q la felicidad está llegando, sin querer abro una ventana y veo como se va un día mas de esos que empezaron hace unos cuantos meses, o quizas años, quien sabe cuanto tiempo lo importante es que tu fuiste el principio de eso y ahora añoro tanto el final, ese que nunca llega, o que siempre casi llega pero que quizas tu lo paras con ese beso que me das, o que me diste? hace tantos meses o años o quien sabe cuanto tiempo, en realidad que más da si tu te alejas cada día de acá, pero nunca es bastante para entender como es vivir así, sin vernos a veces sonreir detras del árbol caído, escondiendonos de nadie para solo sentir que el viento llega nuevamente y nos enrula el pelo un poco, como a ti te gusta tanto. Ahora si quieres venir a veces, obvio que puedes, tu sabes que yo siempre estaré para ti, acá en mi cama, la misma donde te vi dormir la segunda vez que te vi dormir, porque la primera estabamos tan ebrios que en realidad te vi desmayada antes que yo cayera al lado tuyo, casualmente al derecho, que fue donde siempre, al final, dormi sin saber porque, y ahora te veo siempre a mi izquierda, y pongo el cojin rojo con negro a ese lado y te miro, bueno lo miro, como echando de menos que me miraras a veces con esos ojos tristes y desenfocados, sin poder entender como tenías los ojos tristes y en tu boca estaba esa risa que me conmovía, especialmente cuando te caías de noche, porque ibas tratando de alumbrar con tu celular viejo, y te tropezabas con todo lo que había a tu paso, y yo acostado me preguntaba, como alguien puede chocar con todo?, aunque yo tratara no podría hacerlo. Ahora que se que te fuiste miro como de a poco las cosas que quedaron sin hacer se van haciendo cada vez más grandes, como me van comiendo, como pesan tanto por solo no estar hechas.
En realidad veo dificil todo esto sin ti, tu cambiaste este lugar y yo ya no se vivir a la antigua, tu estás acá en cada momento y cuando creo que ya tu recuerdo me abandona siento como regresa esa pena barbara que me deja tirado mirando televisión esperando que se haga de noche para soñar un rato con tus caderas y tu blusa dejando asomar algo que luego me gustaba encontrar de frente, sin restricciones. Y así mi vida va perdiendo eso que algunos amigos tuyos llamaban sentido, y yo siempre he llamado sabor, sabor a esas ostras que traía tu tío para comerlas con algo de vino, y que siempre terminaba con él llendose a su casa tambaleando y con nosotros en la ducha jugando a que nos conociamos recien. El sabor se va y solo las empanadas de la esquina me quitan la inquietud, he probado con el trago y es terrible que no te pueda olvidar con el, porque cresta siempre tuvimos que tomar tanto para hacerlo bien, es terrible recordar con el trago, se supone que debería ayudarme a olvidar, eso dicen todos.
Tu sabes que yo no puedo vivir en la tristeza, yo no sirvo para andar viendo llover y ponerme a llorar como weon, yo soy de los otros por eso es q me cuesta tanto sobrellevar esta situación. El balcon está sucio pero me sigue gustando como se ve desde acá el sol en su último ardor, ahora que camino por la baranda y pienso en que ya está todo por terminar me siento algo aliviado, decido dar el salto y mientras voy cayendo te veo entrando con la bolsa de empanadas con la cual siempre llegas en la tarde y caigo en la piscina, y apenas salgo me recibes con tus ojos tristes y tu risa infaltable, y me doy cuenta que al fin termino la espera, que termino otra tarde sin tí.